viernes, 9 de octubre de 2009

al mirarlo

tus ojos estaban perplejos
agarrabas en la mano algo que no te atrevias a soltar
no atreviéndote a decir nada
por no quebrar el  mágico momento
tus ojos deben mirarla cada dia
y recordaran poco o nada de ese momento
lo sentí en mí
como si al mirar este cuadro
me hicieras tuya una vez más
robándome un pedazo del alma
como cada día
como con cada palabra dicha
como con cada caricia nuestra
como con cada sueño herido de ausencia
como con cada beso no exigido
como  en la lejanía
hiere tu presencia herida de nostalgias viejas

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Olvido

Olvido
Estuve en algun rincón de tu alcoba acunando tus sueños provincianos, Ayudando a olvidar tu dolor de indio maniatado, meciéndome en la música del ande, en el sabor de una quena, y en el clamor agudo de un charanguito, tengo aún la vejez perennne de tus sueños rotos, solo escucho el clamor callado del río que no habla más, que penetra en mi madera destartalada y vieja, como viejos son los sueños que acuné, como viejo el olvido, como viejos los ideales que nunca realicé, duele la inutilidad de mis células cerradas, de mi cansancio suberificado, de mi plasticidad de árbol perdida, la inutilidad de aquello que te trajo a sentarte en mis faldas, la inutilidad del alba que nunca llegó.

en ese tiempo yo era otra

en ese tiempo yo era otra
Aminta Henrich
amintahenrich@gmail.com